Monday, July 20, 2015

examen de abdomen


EXAMEN DE ABDOMEN

 

El abdomen es una de las partes más difícil de examinar, puesto que se compone de diversos órganos

Aspectos anatómicos del abdomen

A efectos de la valoración de las lesiones producidas por los traumatismos abdominales es conveniente recordar, la existencia de órganos y vísceras recubiertas de peritoneo y otras que no lo están. Esta distinción es importante, tanto por la repercusión clínica como por las dificultades en el diagnóstico que representan los órganos y vísceras retroperitoneales. Sucintamente se expone a continuación:

 

Cavidad peritoneal

Abdomen superior:

        hígado

        bazo

        estómago

        colon transverso

        diafragma

 

Abdomen inferior

 

        intestino delgado

        resto del colon intraabdominal

 

 

Órganos retroperitoneal

 

        aorta

        cava inferior

        páncreas

        riñones y uréteres

        segmentos de duodeno y colon

 

 

Inspección

 

El vientre debe estar ampliamente descubierto y si es posible bien desnudo, para observar el abdomen en sus relaciones con las regiones vecinas.

 

En ciertas ocasiones, se debe realizar la inspección abdominal con el sujeto de pie y quizás, en oportunidades particulares, en posición sentada u otras especiales. El abdomen debe ser observado de frente y de perfil, para aprovechar todos los ángulos o incidencias de los rayos luminosos sobre la superficie abdominal. El doctor debe realizar la observación, de pie, si el paciente se acuesta en mesa alta; sentado, si este se acuesta en cama baja.

La observacion ya sea parado o sentado al lado derecho del paciente, el volumen, la forma, el relieve, la simetría, las masas, las pulsaciones, la integridad de la piel y el patrón respiratorio, cuyos datos deben inspeccionarse, tanto en el orden estático con una completa relajación, como en el orden dinámico, invitando al enfermo a respirar y a moverse en distintas posiciones, buscando en ocasiones, la contractura del abdomen. Se le pide al paciente que tosa para evidenciar dolor con la tos y masas que protruyen (hernias), no vistas previamente. Sentado, o inclinado mire el abdomen tangencialmente, para evaluar :

  • contorno
  • los movimientos peristálticos.

 

El abdomen normal es simétrico, a cada lado de su línea media. No hay aumentos de volúmenes visibles. En personas delgados pueden verse la pulsación de la aorta abdominal en la línea media y los movimientos peristálticos. No debe haber lesiones de la piel, excepto cicatrices quirúrgicas. Pueden hallarse estrías, si la piel se ha estirado, como en el embarazo, la obesidad, los tumores abdominales y la enfermedad de Cushing. La respiración es abdominal en los hombres (el abdomen se levanta y desciende con la respiración).

Los contornos alterados del abdomen son:

 

1. Distensión generalizada con el ombligo invertido: obesidad, distensión gaseosa.

 

2. Distensión de la mitad inferior: vejiga distendida, embarazo, masa ovárica.

 

3. Distensión generalizada con el ombligo evertido: ascitis, tumor, hernia umbilical.

 

4. Abdomen excavado: emaciación, remplazo de la grasa subcutánea con músculo.

 

 

 

 

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Division del abdomen

                                    

 Auscultación

 

 

 

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La auscultación se realiza para identificar los ruidos normales y patológicos del abdomen. Se aprovecha la misma posición acostada en que se encuentra el sujeto. Se podrá realizar la auscultación inmediata y la mediata, bien con el estetoscopio simple, de tipo obstétrico, o con el estetoscopio biauricular, de uso común. Oiga los ruidos intestinales con el diafragma del estetoscopio. Si los ruidos están hipoactivos o ausentes ausculte cada cuadrante entre uno y dos minutos. Los ruidos hidroaéreos normales son sonidos de tono alto, borgogeante.

                                     


Use la campana para oír los sonidos vasculares y los roces del abdomen. Los sonidos vasculares y los roces no son hallazgos normales.

 

 

 

Percusión

 

 

 

 

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La percusión del abdomen, en general, tiene mucho menos importancia que la palpación. Se realiza con el paciente acostado boca arriba y por excepción, en otras posiciones. Con la percusión se identificar los distintos sonidos abdominales, los que dependen normalmente de la naturaleza más o menos só1ida de las vísceras intraabdominales. La técnica seguida es la de Gerhardt o dígito-digital. Los golpes de percusión se difunden fácilmente en el abdomen, por tanto, se aconseja que se realicen con extrema suavidad.

 

La percusión se hace recorriendo todo el vientre, con el propósito de tener una impresión de conjunto. Percuta sistemáticamente el abdomen en todos sus cuadrantes para evaluar la existencia de sonidos anormales. El sonido predominante son el  timpanismo; la matidez, se obtiene sobre las masas y los órganos sólidos abdominales. El sonido timpánico indica gas en el intestino subyacente.

 

Palpación

 

 

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En el abdomen, la palpación es de suma importancia, porque son muchos y muy útiles. Los síntomas objetivos que se pueden recoger.

 

En otra parte, no se debe ser brusco o violento en la palpación, puedes lastimar al paciente y se desencadena una contracción refleja y temor, que impedirán hacer un buen examen. Se procede colocando una mano, o las dos, sobre el vientre y manejando los dedos de forma variable, se deprime y moviliza la pared del abdomen y de ese modo, se recoge una serie de sensaciones que informan más o menos sobre el estado normal o patológico de la pared, así como de los órganos incluidos en la cavidad abdominal.

                          

                               

El contacto de las manos y los dedos con la pared abdominal y su contenido, se realiza con mayor o menor presión abordando la pared con la mano de plano, o de un modo oblicuo para tratar de penetrar en la cavidad y obtener las sensaciones de resistencia o consistencia; o con la maniobra de desnivel, rastreo o deslizamiento.

En general, al palpar se puede encuentra: la pared abdominal propiamente dicha con sus elementos constituyentes, así como los órganos superficiales (cara superior y borde anterior del hígado, el intestino delgado, el colon y el píloro) y los órganos profundos (páncreas, aorta, ovarios, riñones y ángulos del colon). La vesícula biliar puede aparecer como superficial o profunda.

 


Finalmente, existe la sensación particular de la llamada tensión abdominal o grado de resistencia del abdomen de conjunto, en  que intervienen elementos de sensibilidad superficial y profunda. Para la exploración de este fenómeno de equilibrio entre la presión intracavitaria determinada por la distensión de las vísceras y la resistencia de la pared que trata de contenerla, se palpa con la mano derecha en distintos sitios del vientre, colocándola de plano y usando los dedos para ejercer cierta presión contra la pared abdominal.


 

La mano debe siempre orientarse paralelamente al eje del cuerpo y esta palpación puede hacerse en distintas posiciones del paciente examinado: acostado boca arriba, de lado, de pie, etc. Los datos normales varían en las distintas zonas y serán descritos con los datos normales que se obtienen en el examen físico del abdomen

 

Requisitos inherentes al examinado.

 

El paciente debe estar acostado con la mayor relajación abdominal posible, como se explicó al principio. Algunos médicos prefieren que la persona flexione sus piernas y aun sus muslos sobre el abdomen, pero a veces, esto ayuda más a que el abdomen se contraiga, que a relajarse. Cualquier movimiento del sujeto, al ponerse nervioso (de la cabeza, los miembros, etc.), determina contracturas musculares. La respiración debe ser tranquila y amplia, con el pecho elevado para ayudar a la relajación del abdomen.

 

Requisitos inherentes  del explorador.

 

 

El médico, o cualquier explorador, debe colocarse preferentemente a la derecha del paciente, sentado a una altura adecuada a la cama o a la camilla, o de pie si el enfermo está de pie. Sus brazos y antebrazos deben formar un ángulo obtuso, no recto ni agudo, ya que en estas últimas posiciones los movimientos de las manos estarían forzados y podrían ocasionar contracturas musculares que le dificultarían la percepción. Debe actuar con delicadeza para ganarse la confianza del paciente y evitar que este se ponga nervioso; sus manos deben tener una temperatura agradable; si fuere necesario podrá calentarlas previamente; las uñas deben estar recortadas. Debe “palpar”, no “pinchar” ni hacer presiones molestas o contraproducentes.

                                                               


                

 

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