Examen
de Cabeza
Inspección
Cuando iniciamos el examen con la inspección
para esto debemos colocar al paciente en una buena posición, inspeccionar la
forma, tamaño, simetría de la cabeza, así como también la piel, pelo y cuero
cabelludo.
Posición
La cabeza y el cuello pueden examinarse con el
paciente sentado o acostado; pero es preferible el paciente sentado para tener
un examen más exacto y adecuado. Es esencial una buena luz, preferencia clara del día, ya que muchas
enfermedades como la ictérica queda enmascara por la luz artificial. Es de gran
importancia exponer completamente el cuello y los hombros. El examinador debe
pasar de delante hacia atrás del paciente para facilitar la inspección y
palpación
Tamaño
Debemos observar el tamaño de la cabeza que
sea normal. Cuando esta es mayor de lo normal se conoce como macrocefalia y si
ocurre lo contrario se denomina microcefalia.
Simetría
Debemos observar si la cabeza es simétrica, es
decir si el lado derecho es igual al izquierdo
Forma
Se debe observar si la cabeza es de forma
normal (normocéfala) o patológica.
En el caso de ser patológica debemos tomar en
cuenta y
describir el tipo de anomalía que
se observa, si es Oxicefalia, dolicocefalia o turricefalia.
Pelo
y cuero cabelludo
Deben registrarse la cantidad, textura y
distribución del pelo en cabeza y cara. No es necesario inspeccionar
minuciosamente la piel del cráneo, pero debe apreciarse a nivel de la implantación de los
pelos y separando estos durante la palpación.
Palpación
del cráneo y cuero cabelludo
Se debe palpar sistemáticamente el cráneo y
cuero cabelludo con el pulpejo de los dedos de ambas manos y aplicando sobre
toda la bóveda craneal, al mismo tiempo que separamos el cabello para buscar y
describir cicatrices, lesiones, abrasiones, escaras, nódulos, quistes sebáceos
en el paciente. Lo correcto en el examen de la palpación es preguntarle al paciente si tiene algunas pequeñas masas,
nódulos o cicatrices en su cuero cabelludo; a veces estos pequeños lobanillos o
tumores escapan a la atención del examinador aunque el paciente los conozca muy
bien.
Piel
Algunas lesiones pueden pasar inadvertidas a
menos que el examinador deliberadamente observe cada centímetro de cara,
cuello, oídos, y detrás de los pabellones. Obsérvese particularmente las
manchas de cualquier tipo, las cicatrices de quemaduras o intervenciones
quirúrgicas previas, y la piel telangiectásica producida por radioterapia.
Algunas lesiones de la piel que podemos
observar y tenemos que tomar en cuenta son las siguientes
- Nevo pigmentado
- Nevo intradérmico
- Nevo de Unión
- Nevo compuesto
- Nevo Azul o mancha mongólica
Melanoma
Juvenil o nevo de Spitz: es fácil que un nevo plano que aumenta de tamaño en la infancia sea
un melanoma juvenil. No tiene pelo y puede ser levantado o incluso verrugoso.
Rara vez se ulcera. Punto clínico clave es que en una biopsia de la lesión,
pueden encontrarse figuras mitóticas y alteraciones marcadas, sugestivas de
melanoma maligno. Es raro que estas lesiones llegue dar una metástasis en la
infancia y, en general deben considerarse como benignas.
Lo más adecuado es que los nevos de palmas y
manos deben extirparse en la infancia si son benignos.
Melanoma
Maligno: desgraciadamente, es frecuente que el
primer signo de un melanoma maligno sea la aparición de metástasis. Sin
embargo, cualquier cambio de tamaño, ulceración, irritación, hemorragia o
profundización de la pigmentación debe
considerarse como signo potencial de malignidad en un nevo y es necesario una
biopsia extirpadora amplia.
Las lesiones que están sujetas particularmente a traumatismos y las
que están en las plantas de los pies, palmas de las manos y en el escroto,
deben eliminarse de manera profilácticamente.
Otras
lesión de la piel son:
Papiloma
pigmentado o verruga senil
Estas lesiones suelen aparecer después de los
40 años de edad, para aumentar lentamente de volumen, constituyendo nódulos
pedunculados de color pardo y superficie finamente arrugada. Son únicos o
aparecen por grupos en cara, cuello y tronco. No tiene ninguna relación con el
nevo pigmentado, pero en ocasiones se ha confundido con él. Su transformación
maligna es muy rara; cuando se produce lo hace en forma de carcinoma
epidermoide de crecimiento lento.
Quiste
Sebáceo
El labonillo o quiste sebáceo suele aparecer
en el cuero cabelludo, por detrás de las orejas, y en cara y cuello,
constituyendo un nodulo liso redondeado adherido a la piel que lo recubre. Una
inspección cuidadosa puede revelar el orificio de un conducto sebáceo ocluido
en el punto de fijación a la piel. Su infección es muy frecuente: puede
originar un rápido aumento de volumen y suele dar una hipersensibilidad,
enrojecimiento e induración de los tejidos vecinos.
Quiste
Dermoide
Los quistes epiteliales de inclusión simulan
los lobanillos, pero son menos frecuentes. Se observan en puntos de fusión del
ectodermo en el desarrollo fetal; por la tanto, suelen presentarse en la línea
media del cuerpo, como en la piel de la frente o del cuero cabelludo, y en los
ángulos externo de las hendiduras palpebrales. Este quiste suele ser diferente
del quistes sebáceos por su localización y porque la piel que lo recubre no
está adherida al nódulo.
Cáncer
Metastásico
Es frecuente la aparición de nódulos de cáncer
en el cuero cabelludo y en el cuello. Las lesiones pueden parecerse mucho a los
quistes epiteliales. Mientras no se
demuestre lo contrario, un lobanillo que aparece bruscamente en la piel del cráneo
o del cuello en una persona que se sabe tiene cáncer, debe considerarse lesión
metastásica.
Queratosis
Senil
Las personas que tienen la piel clara y ojos
azules tienen tendencia a desarrollar lesiones escamosas de color pardo
susceptibles de degenerar en cáncer epidermoide. Al principio estas lesiones
parecen simples pecas, pero con el tiempo aparecen excrecencias verrugosas de
color pardo; estas se descaman y dejan una costra superficial húmeda que
rápidamente se recubre de un nuevo crecimiento de escamas parduscas.
Queratosis
Seborreica
Esta se trata de una lesión precancerosa que
aparece en la edad avanzada y tiene forma de nodulo verrugoso superficial de
color pardusco recubierto de escamas grasosas y húmedas. Si hay aumento
progresivo de volumen, la lesión puede representar la primera etapa de un
carcinoma.
Examen
de los Ojos
- Se deben observar los siguientes datos:
- estado de las cejas
- forma de los ojos
- dimensiones e irregularidades de las pupilas
- posición del globo ocular
- estado de esclerótica y conjuntiva.
Examínense los movimientos extraoculares
moviendo ligeramente un dedo hacia delante y atrás mientras el paciente lo
sigue con sus ojos manteniendo la cabeza inmóvil.
En el examen de los ojos tenemos que buscar en
particular los movimientos bruscos (nistagmos), la incapacidad para la
convergencia, la caída de los parpados y los movimientos asincrónicos o
limitados de uno o ambos ojo.
También se debe revisar la reacción de las
pupilas a la luz y la acomodación. En algunas ocasiones los signos oculares
brindan la primera sospecha para el diagnostico de hipertiroidismo.
Debe observarse las pupilas detenidamente, ya
que estas se tornan diferentes y adoptan un aspecto característico en algunas
condiciones o enfermedades como ejemplo, Si son irregulares o fijas en el caso
de sífilis, Puntiformes en la intoxicación por morfina. También la disposición
del globo ocular es importante en el caso de tumores maxilares y
retroorbitarios se observa una ligera asimetría de este.
La ictericia se descubre en la conjuntiva
antes de que sea manifiesta en la piel, si se efectúa el examen con luz de día.
Examen
de oído
El oído externo se explora como parte del
examen general de la piel de cabeza y cuello. De este debemos explorar lo
siguiente:
• El
Pabellón auricular: Tenemos que describir que tipo de deformidad (en
forma de copa, forma de coliflor), agenesia o hipoplasia (de las orejas,
lóbulos o tragos), disfunción.
• Nivel
de inserción: se toma en cuenta el ángulo externo y el conducto auditivo
externo.
• Patologías:
lesiones, quistes, tofos, cianosis, hemorragias, cicatrices.
• Sensibilidad:
normal, híper o hipo sensible. ( trago)
La audición se prueba fácilmente frotando las
puntas del pulgar y del índice juntas muy cerca de la oreja. Si oye más de lo
normal se llama hiperacusia e hipoacusia
si oye menos de lo normal.
El
conducto auditivo externo (CAE)
El conducto auditivo externo se explora
halando la oreja hacia atrás, arriba y afuera y se observa cualquier tipo de
lesión o secreción. Luego se examinan con el otoscopio los conductos auditivos
externos y los tímpanos y describimos: color de la mucosa presencia o no de
hiperemia, rugosidades, hemorragias o lesiones, secreciones (otorrea u
otorragia)
Examen
de la nariz
Se debe observar su: contorno y simetría; el
tabique nasal si se encuentra central, sin ninguna perforación y/o desviación.
Utilizando los dedos se inclina la cabeza del paciente ligeramente hacia atrás
y se procede a la inspección de ventanas nasales mediante una luz. Se observa
el tabique por transiluminación, proyectando la luz dentro de una ventana y
observando por la otra. Vigílese con particular cuidado si hay perforación o
desviación del tabique. También se determina la permeabilidad de cada ventana
nasal haciendo que el paciente respire por la nariz mientras se comprime
alternativamente cada una de las ventanas.
Examen
de la cavidad bucal
El examen detallado de la cavidad oral es
muy importante, por cuanto es asiento
frecuente de neoplasias asintomáticas. Hay que observar sistemáticamente los:
- Labios
- Dientes
- bordes alveolares
- mucosa bucal
- paladares blando y duro
- suelo de la boca
- lengua
- amígdalas
- oro faringe
De ordinario puede efectuarse un examen adecuado
con una simple lámpara de mano, un depresor de lengua y el dedo que palpa.
Inspección
Lo primero que observamos son los labios,
encías, y dientes. Se indica al paciente que haga muecas y exponga dientes y
parte anterior de las encías. Luego se separa los labios de los dientes
mediante un depresor de lengua. Al mismo tiempo se puede observar la mucosa de
los labios. Hay que notar la presencia de mal oclusión, falta de dientes o
higiene bucal defectuosa. Después se pide al paciente que abra bien la boca; el
examinador debe observar cuidadosamente la mucosa bucal. Es esencial para ello
disponer de una baja lengua.
Obsérvese la abertura del conducto de Stenon
en la mucosa bucal. Se le pide al paciente que coloque entonces la punta de su lengua contra
el techo de la boca para exponer el suelo de la misma, se observa fácilmente el
conducto de wharton.
Se continua la inspección diciéndole al
paciente que saque la lengua y se examina con cuidado su superficie. Hay que
observar cuidadosamente las papilas circunvaladas de las superficies dorsal y
lateral; su hipertrofia es común y puede simular una neoplasia.
Glándula
parótida
La glándula parótida normalmente no se ve ni puede limitarse por
palpación. La abertura del conducto parotideo (conducto de steno) se pueden
Identificarse como una pequeña elevación situada a nivel del segundo molar
superior. Se ve directamente cuando está inflamada o edematosa.
Parotiditis: en la inspección, la glándula hipertrofiada constituye una masa
difusa por delante del oído, que se extiende hasta abajo y atrás hasta el
ángulo del maxilar. El conducto de steno aparece edematoso y enrojecido cuando
se separa la mucosa bucal mediante un depresor.
LESIONES
DE LA CAVIDAD BUCAL
CÁNCER
La lesión más importante de la cavidad bucal,
que nunca debe pasar inadvertida en un examen sistémico, es el cáncer. Puede
producirse en cualquier parte de la cavidad bucal, pero generalmente respeta el
dorso de la lengua por delante de las papilas circunvalares.
CÁNCER
DE LENGUA: Tumor maligno más frecuente de la
cavidad bucal. Aparece en la base de la lengua a lo largo de los bordes o en la
superficie inferior, y suele extenderse al suelo de la boca. Las metástasis son
frecuentes y precoces.
CÁNCER
DE LABIO: se observan con más frecuencia en los varones
después de los 50 años. Aparece como interrupción superficial de la mucosa a
nivel de la unión mucocutanea, o como excrecencia verrugosa. Las metástasis son
tardías.
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